El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, habló en el lanzamiento del libro ‘¡Hay país! Perspectivas económicas 2050’, en el que describió esta década como una época de mejor desarrollo frente a otros años
Bonilla agregó que sus resultados económicos se explican por precio de materias primas y commodities, y detalló que el precio del barril Brent pasó de US$30 a US$143.
El periodo objeto de estudio (2004-2014) representa la segunda década de las reformas adoptadas en los noventa. La principal reforma fue la promulgación del nuevo marco constitucional en 1991, donde se definió la apuesta por un Estado Social de Derecho, organizado en República unitaria, descentralizada y con autonomía territorial. A partir de esta definición y mediante el reconocimiento de un conjunto de derechos, tanto fundamentales como económicos, sociales y culturales; así como un régimen económico promotor de libertades en materia de actividad económica y de competencia, el país enfrentó su primera crisis económica entre 1998-1999, periodo en el cual la producción se contrajo 0,6% y -4,2%, respectivamente. Esta crisis es la antesala al periodo que en este texto se analiza.
En la Constitución Política quedó inscrito el modelo económico con el cual se pretendió pasar de un esquema proteccionista a un modelo más abierto hacia el comercio exterior pensando avanzar en la internacionalización de la economía. De esta manera inicia el proceso de apertura económica, que realmente empezó a ser planeado desde la década del ochenta a través del programa de modernización de la economía. Dicha apertura trajo consigo cambios institucionales, la eliminación de trabas administrativas al comercio exterior y la desregulación de todo aquello que impidiera o limitara la libre competencia, bajo la crítica al modelo anterior y básicamente por razones de que sus mecanismos de protección se habían agotado.
La apertura fue realmente un modelo de desarrollo inspirado en las ideas de libertad económica con predominio de los mercados, representó la activación del paradigma neoliberal y la consolidación de las ideas neoclásicas que legitimaron procesos de desregulación en diversos sectores económicos, como el financiero y servicios públicos. Dichas desregulaciones no solo fueron para la inversión y el comercio exterior, también se extendieron hasta las relaciones laborales llegando a modificar los modos de producción.
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